¿CUÁNTOS LIBROS DE FICCIÓN LEE AL AÑO?

2012/10/15

LA CONVERSIÓN DE LOS BÁRBAROS (MINICUENTO)



por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


En vano los perseguidos suplicaron por sus vidas cuando los jinetes bárbaros ingresaron en la espesura del bosque con sus alaridos, sus espadas de hierro y sus antorchas, todos aunados en tropel para rematar la cruel faena que les llevaba ya tres largos días y tres largas noches de criminal esfuerzo. Niños, ancianos y mujeres sobrevivientes fueron degollados sin piedad ni remordimiento.

Para ellos, hordas centauras esta vez victoriosas, la muerte del enemigo (y la propia muerte) equivalía a un detalle irrelevante que el Universo decreta con infinita iteración y anterioridad a los actos, a los sentimientos y a los razonamientos humanos. 

Desde la primera infancia, estos bárbaros habían sido educados en una variante sectaria de esa misteriosa y joven religión del Oriente Medio que les aseguraba bajo juramento de iglesia que nadie, absolutamente nadie, por bueno o perverso sea, ha de morir para siempre en las batallas o bajo los peores tormentos, sino que las almas son inmortales y que los cuerpos perecederos no son ninguna otra cosa que transitorios receptáculos de lo Individual Eterno. 

Los bárbaros ejercían la violencia extrema, en consecuencia, como desde antes de la Conversión; pero ahora gozosos de ejercitar al pie de la letra las homilías inculcadas. Habían adquirido una verosímil inmunidad moral y filosófica ante la violencia extrema, desde el momento que aceptaban a fuerza de rezos e instrucciones sacerdotales que el hierro homicida, tras cercenar cabezas y arrancar corazones, libera almas.

Por fin las hordas bárbaras habían sido sojuzgadas al verdadero Cristianismo.



250 palabras



© Claudio Madaires (CAGB)

2012/08/30

EL PEOR JUGADOR DE LA HISTORIA (NANOCUENTO)


por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com




El jugador descubrió un método para ganar en el casino siempre que quisiera. Se hizo muy rico. Y entonces dejó de jugar para siempre.




24 palabras



© Claudio Madaires (CAGB)

EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com





Amo y perro lograron trastocar cuerpos. Cuando el amo comprendió que jamás podría revertir la situación, mató al perro de un mordisco en la yugular.






25 palabras



© Claudio Madaires (CAGB)

EL TEMPLO DEL ÚLTIMO DIOS (NANOCUENTO)


por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com




Comprendió que el de ese gigantesco templo era el último dios. Nadie jamás le rezaba.


15 palabras



© Claudio Madaires (CAGB)

2012/07/03

CLON HASTA LA TUMBA (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Su clon era su orgullo. Él mismo cuando niño; él mismo cuando joven; él mismo cuando adulto. Después sería él mismo cuando muerto.


23 palabras



© Claudio Madaires (CAGB)

LA MUERTE DE GRANDES AMANTES (MICROCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com

Ya estrangulada, meditó hasta el amanecer en la mejor manera de hacer desaparecer las evidencias. Como había asesinado a la mujer amada por un estúpido ataque de celos, no se sentía demasiado culpable. Al fin, optó por lo más práctico: suicidio. Menos engorroso que limpiar las demasiadas huellas del crimen. Aparte, sentía vergüenza que se supiera que había asesinado por casualidad. Porque una cosa es matar por una razón de peso a la mujer amada, y otra muy distinta hacerlo sin querer. Al fin logró su objetivo. Según los poetas contemporáneos, la de ellos fue historia clásica de grandes amantes suicidas.

101 palabras

© Claudio Madaires (CAGB)

2012/06/22

LA PARTÍCULA BASE ELEMENTAL (MICROCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com

A partir de la evidencia disponible, la conclusión es que el Final fue algo instantáneo e indoloro. En cuanto el Gran Acelerador hizo el Descubrimiento de la Partícula Base Elemental, todo terminó para la humana y demás especies animales superiores de este hermoso Planeta Azul. A partir de microorganismos modificados, lograremos una Nueva Raza Inteligente en unos pocos miles de años. Tomaremos medidas apropiadas para evitar una nueva Catástrofe.

69 palabras


© Claudio Madaires (CAGB)

EL GATO QUE SONRÍE (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com

Había visto sonreír a su gato una sola vez. Quiso fotografiarlo. Desistió al advertir varias veces la mirada socarrona del animal.


21 palabras






© Claudio Madaires (CAGB)

LA MUJER MÁS HERMOSA DEL MUNDO (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com

Una mujer despertó siendo la más hermosa. Tan hermosa que ningún hombre se le aproximaba. Entendiendo que viviría sola el resto de su vida, engordó hasta volverse atractiva.



28 palabras



© Claudio Madaires (CAGB)

LOS AMANTES MÁS FEOS DEL MUNDO (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com

Eran los amantes más feos en el mundo. Los discriminaron. No por feos, sino por odio hacia los amantes.


19 palabras






© Claudio Madaires (CAGB)

EL SOL DESAPARECIDO (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com

El Sol no apareció, pese al día celeste. Sospechando que había enloquecido, nada comentó. Los demás también se habían vuelto locos, porque nadie hacía comentarios; o, peor, el Sol realmente había desaparecido.


32 palabras





© Claudio Madaires (CAGB)

2012/05/25

ERROR DE INGENIERÍA GENÉTICA (NANOCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com



Lejos había llegado la ingeniería genética. Todos los humanos eran hermosos e inteligentes. Sólo habían perdido todo interés por la poesía.Único error.

24 palabras






© Claudio Madaires (CAGB)

LA SELVA SIN ÁRBOLES (MICROCUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


La selva sin árboles, pesadilla repetitiva que lo acosaba desde hacía dos postradas semanas. A cambio de su ambición de saquear madera en El Impenetrable chaqueño, se trajo a cuestas el Mal de Chagas, enfermedad que, salvo incoherencia estadística, lo mataría prematuramente en esta Buenos Aires de 1924. La idea de perderlo todo así, a causa de una insana sed de cosas superfluas, le resultaba inaceptable. Sus esperanzas: que la pesadilla interminable fuera sólo pesadilla de una noche, o que la selva no hubiera perdido todos sus árboles.

88 palabras

© Claudio Madaires (CAGB)

SEMBRADORES DE ECLIPSES (MINICUENTO)

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com


Sí que volverán, dotor.
Parecés saberlo todo, Estanislao. Sabés cuándo vinieron y sabés cuándo van a volver.
¿Y cómo va a saberlo todo un gaucho bruto como yo, dotor? ¿Cómo, digamé, si no es por obra de los Ñaupas?
Mirá vos, Estanislao. Mirá vos lo que uno viene a enterarse con tanta edad encima... Pero contame de nuevo, pero bien resumido,que voy a tomar nota. Contame todo eso de la Luna, de los dinosaurios...
Güeno. Como usté mande, dotor... Hace una ponchada de años,los Ñaupas vieron que la Madre Tierra era güenaza para sembrar vida inteligente. A futuro, claro, porque cuando vinieron, la primera vez, el mundo era entuavía medio líquido, medio sólido... Y entonces llegaron y cortaron un pedazo del mundo para hacer la Luna y la pusieron a girar como un trompo derredor del mundo. Pa que nosotros, años y leguas delante, supiéramos que los Ñaupas habían venido. Y pusieron la Luna justo justo para que se hicieran eclipses. Demasiada casualidá, ¿no?, que justo la Luna es grande como el del Sol cuando hay eclipses... Y los Ñaupas volvieron, la segunda vez, cuando la Madre Tierra se enfrió y ya estaba gorda de plantas y animales. Y como vieron que había bichos gigantes que no nos dejarían nacer de pura maldá, los mataron a todos de una vez. Tiraron la primera roca grande que encontraron por ahí arriba, en el cielo noturno, contra el mundo. Y ansí nomás, los Ñaupas acabaron con los dinosaurios esos.
—¿Y entonces nos hicieron a nosotros?
—No entuavía. Ahí sembraron otros bichos, más chiquititos que los dinosaurios, pero más inteligentes, que, bien sabían ellos (el sabio sabe más por viejo que por sabio), nos harían a la larga a nosotros.
—¿Y cuando vuelven los Ñaupas, Estanislao? Mirá el calendario de la pared y decime el día y la hora.
—Vienen una noche de estas, dotor. La fecha justa no la sé. Pero falta poco y menos que poco. Y como vieron que nosotros les salimos egoístas y siempre listos pa robarnos y matarnos los unos a los otros, van a hacernos lo mesmo que le hicieron a los dinosaurios esos. Ni uno va a quedar. Ni el güeno ni el malo va a contar el cuento...
Está bien, Estanislao. Suficiente por hoy, hombre. Mañana seguimos charlando de todas estas cosas.
Terminado su horario de trabajo en el manicomio, esperando el colectivo en las afueras de la población, mientras miraba la Luna y el negro y burbujeante cielo constelado, el doctor pensó:
«La Llena lo pone más loco, pobre diablo».
«Pobrecito dotor», pensaba Estanislao,dentro de su chaleco de fuerza, mirando también la Luna y el cielo negro infinito. «Inora que en un santiamén, lo mesmo va a estar él que yo, los dos igualitos a los dinosaurios.»

476 palabras


© Claudio Madaires (CAGB)

PRÓLOGO: MINICUENTOS, MICROCUENTOS, NANOCUENTOS

por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com



DOCTRINA ESTÉTICA


Un minicuento ha de tener entre 100 y 500 palabras.

Un microcuento ha de tener entre 50 y 100 palabras.

Un nanocuento ha de tener un máximo de 50 palabras.



© CLAUDIO MADAIRES. De su libro

Sembradores de eclipses
minicuentos, microcuentos, nanocuentos

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